«Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?»
S.Juan 6:60
Jesús nunca rebajó el evangelio, Él sabía a lo que venía desde el principio y siempre fue fiel en el cumplimiento de la voluntad del Padre, Él sabía quién y a qué le había enviado, y aunque nadie le siguiese Él iba a seguir adelante con su labor, dar su vida por los pecadores para salvar a todo aquel que creyera en Él. Jesús fue claro y dijo que el que NO come de mi carne y NO bebe de mi sangre NO permanece en mí, muchos no entendieron a que se refería Jesús con estas palabras y le abandonaron, pero Jesús se refería en el sentido espiritual. Por ejemplo todo cuerpo para subsistir necesita alimentarse, igualmente toda alma necesita de Jesús que es el pan y el agua de vida eterna, pero muchos hoy en día rehusan de ese pan y prefieren pasar hambre, o engañarse con la comida que el mundo ofrece que no es más que chatarra (sexo, placer, fama, dinero, poder, etc) que no alimenta, solo llena por tiempo limitado y luego el alma sigue sedienta y hambrienta. Sólo Jesús es el verdadero alimento de vida, así que acerquémonos hoy a ese manantial de agua de vida que es Jesus, arrepintámonos de corazón de nuestros pecados, y comencemos a darle el verdadero alimento a nuestras almas viviendo en comunión con Cristo y caminando en Santidad.
S.Juan 6:60
Jesús nunca rebajó el evangelio, Él sabía a lo que venía desde el principio y siempre fue fiel en el cumplimiento de la voluntad del Padre, Él sabía quién y a qué le había enviado, y aunque nadie le siguiese Él iba a seguir adelante con su labor, dar su vida por los pecadores para salvar a todo aquel que creyera en Él. Jesús fue claro y dijo que el que NO come de mi carne y NO bebe de mi sangre NO permanece en mí, muchos no entendieron a que se refería Jesús con estas palabras y le abandonaron, pero Jesús se refería en el sentido espiritual. Por ejemplo todo cuerpo para subsistir necesita alimentarse, igualmente toda alma necesita de Jesús que es el pan y el agua de vida eterna, pero muchos hoy en día rehusan de ese pan y prefieren pasar hambre, o engañarse con la comida que el mundo ofrece que no es más que chatarra (sexo, placer, fama, dinero, poder, etc) que no alimenta, solo llena por tiempo limitado y luego el alma sigue sedienta y hambrienta. Sólo Jesús es el verdadero alimento de vida, así que acerquémonos hoy a ese manantial de agua de vida que es Jesus, arrepintámonos de corazón de nuestros pecados, y comencemos a darle el verdadero alimento a nuestras almas viviendo en comunión con Cristo y caminando en Santidad.