Mateo 9:13
Dios está mucho más interesado en cómo tratamos a los demás que en el número de ceremonias religiosas en las que participamos. Prefiere misericordia que sacrificio. Coloca la moralidad práctica por encima de los rituales. Mientras que es verdad que ordenó a la gente que trajera sacrificios y ofrendas, nunca tuvo la intención de que éstos tomaran el lugar de la justicia y la bondad. “Hacer justicia y juicio es a Jehová más agradable que sacrificio”.
A menos que sus vidas fueran rectas, poco importaba que ofrecieran en sacrificio la cabeza de un perro o la sangre de un cerdo.
En los días de nuestro Señor, los fariseos eran muy cuidadosos para darle al Señor una décima parte de la menta de sus jardines, pero todas estas prácticas jamás podrían tomar el lugar de la justicia y la fe. Es inútil que traigamos nuestras ofrendas al Señor si nuestro hermano tiene una queja válida contra nosotros; el don es aceptable solamente después de que el error ha sido rectificado. Asistir a la iglesia nunca servirá para encubrir los negocios deshonestos llevados a cabo durante la semana. De nada sirve regalar a nuestra madre una caja de bombones el Día de la Madre si la tratamos con desprecio durante todo el año.
Dios no puede ser burlado.