“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” -- Isaías 5:20
Dios pronuncia un ¡ay! sobre aquellos que invierten los valores morales, haciendo al pecado respetable y sugiriendo que la pureza es menos que deseable.
Ahora la moralidad es asunto de la propia interpretación, cuanto más rienda suelta se da al pecado, más obligados se sienten a justificar el pecado como una conducta legítima, defendiéndose de esta manera.
Además de aquellos que invierten las distinciones morales, existen también los que se complacen en justificarlas. Desafortunadamente un gran número de éstos son líderes religiosos. En vez de sacar a la luz de lleno el lado bíblico y llamar a los pecados por sus nombres, andan con mucha astucia por las ramas, dando a entender que, después de todo, no son tan malos. Según ellos, la borrachera es una enfermedad. La perversión es un estilo de vida alternativo. El sexo fuera del matrimonio es admisible si éste es aceptable culturalmente. Los abortos, la desnudez pública y la prostitución son derechos personales que no deben restringirse.
Semejante confusion de pensamientos dejan al descubierto una grave ausencia de inteligencia moral. Estos argumentos perversos son mentiras del diablo que al final hunden a los hombres en la perdición.
Dios pronuncia un ¡ay! sobre aquellos que invierten los valores morales, haciendo al pecado respetable y sugiriendo que la pureza es menos que deseable.
Ahora la moralidad es asunto de la propia interpretación, cuanto más rienda suelta se da al pecado, más obligados se sienten a justificar el pecado como una conducta legítima, defendiéndose de esta manera.
Además de aquellos que invierten las distinciones morales, existen también los que se complacen en justificarlas. Desafortunadamente un gran número de éstos son líderes religiosos. En vez de sacar a la luz de lleno el lado bíblico y llamar a los pecados por sus nombres, andan con mucha astucia por las ramas, dando a entender que, después de todo, no son tan malos. Según ellos, la borrachera es una enfermedad. La perversión es un estilo de vida alternativo. El sexo fuera del matrimonio es admisible si éste es aceptable culturalmente. Los abortos, la desnudez pública y la prostitución son derechos personales que no deben restringirse.
Semejante confusion de pensamientos dejan al descubierto una grave ausencia de inteligencia moral. Estos argumentos perversos son mentiras del diablo que al final hunden a los hombres en la perdición.