Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. -- Hebreos 5:11
Existe una salamandra que es un enigma biológico. En vez de crecer y alcanzar una forma adulta, esta mantiene el misno aspecto de durante toda su vida. Escritores y filósofos lo han usado como un símbolo de alguien que tiene miedo de crecer. Muchos cristianos que no queieren crecer y se contentan con la «leche» espiritual, aunque esta es para los nuevos en la fe. Quizá por temor a ser perseguidos, no crecen en la clase de fidelidad a Cristo que les permitiría ser lo suficientemente fuertes como para sufrir con Él para beneficio de su projimo y para glorificar a Dios. Corren peligro de perder las actitudes cristianas que ya han demostrado y no estaban preparados para el alimento sólido del sacrificio personal. Por eso, el autor escribió: « Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.
La salamandra del ejemplo siguen el patrón natural que buestro Creador estableció para ellos. Sin embargo, los seguidores de Cristo están diseñados para madurar espiritualmente. Cuando lo hacen, descubren que crecer en Él no solo implica tener paz y gozo, sino amar desinteresadamente a los demás. Honramos al Señor cuando crecemos a su semejanza a el, amar como el amo, ser obediente como el, vivir sirviendo como el lo hizo, y morir por el si fuere necesario.
Existe una salamandra que es un enigma biológico. En vez de crecer y alcanzar una forma adulta, esta mantiene el misno aspecto de durante toda su vida. Escritores y filósofos lo han usado como un símbolo de alguien que tiene miedo de crecer. Muchos cristianos que no queieren crecer y se contentan con la «leche» espiritual, aunque esta es para los nuevos en la fe. Quizá por temor a ser perseguidos, no crecen en la clase de fidelidad a Cristo que les permitiría ser lo suficientemente fuertes como para sufrir con Él para beneficio de su projimo y para glorificar a Dios. Corren peligro de perder las actitudes cristianas que ya han demostrado y no estaban preparados para el alimento sólido del sacrificio personal. Por eso, el autor escribió: « Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.
La salamandra del ejemplo siguen el patrón natural que buestro Creador estableció para ellos. Sin embargo, los seguidores de Cristo están diseñados para madurar espiritualmente. Cuando lo hacen, descubren que crecer en Él no solo implica tener paz y gozo, sino amar desinteresadamente a los demás. Honramos al Señor cuando crecemos a su semejanza a el, amar como el amo, ser obediente como el, vivir sirviendo como el lo hizo, y morir por el si fuere necesario.