«Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.»
Daniel 4:37
El rey Nabucodonosor era poderoso, podríamos decir que el más poderoso de su época, logró construir el gran imperio babilonio, ganaba batallas tras batallas y los pueblos se rendían ante su ejército, él lo tenía todo y esto hizo que su corazón se enalteciera y Dios lo humilló y en un instante le quitó la razón, le quito el reino, el poder, e hizo que anduviera entre las bestias del campo, comía hierbas y no tenia techo, pasó tiempo así, hasta que él reconoció el poderío de Dios, y podríamos decir que se volvió temeroso de Dios, y le fue restituido su reino. Queda claro entonces que todo lo que el hombre posee es dado por Dios, y que en cualquier instante Dios se lo puede quitar, para hacer ver al hombre que no es nada, ni nada es eterno, que el único eterno es Dios, pero por qué esperar a que Dios nos hable a través de un trato o circunstancia, por qué no doblegar desde ya nuestra cerviz y nuestro corazón a Dios, de cuantas maneras y cuantas veces Dios te ha llamado a que te acerques a Él y tengas una relación con Él. Amigo no esperes más, busca a Dios hoy de corazón, entrégate a Él en una relación pura, reconócele como tú Salvador y Redentor, hazlo como lo hizo Nabucodonosor.
Daniel 4:37
El rey Nabucodonosor era poderoso, podríamos decir que el más poderoso de su época, logró construir el gran imperio babilonio, ganaba batallas tras batallas y los pueblos se rendían ante su ejército, él lo tenía todo y esto hizo que su corazón se enalteciera y Dios lo humilló y en un instante le quitó la razón, le quito el reino, el poder, e hizo que anduviera entre las bestias del campo, comía hierbas y no tenia techo, pasó tiempo así, hasta que él reconoció el poderío de Dios, y podríamos decir que se volvió temeroso de Dios, y le fue restituido su reino. Queda claro entonces que todo lo que el hombre posee es dado por Dios, y que en cualquier instante Dios se lo puede quitar, para hacer ver al hombre que no es nada, ni nada es eterno, que el único eterno es Dios, pero por qué esperar a que Dios nos hable a través de un trato o circunstancia, por qué no doblegar desde ya nuestra cerviz y nuestro corazón a Dios, de cuantas maneras y cuantas veces Dios te ha llamado a que te acerques a Él y tengas una relación con Él. Amigo no esperes más, busca a Dios hoy de corazón, entrégate a Él en una relación pura, reconócele como tú Salvador y Redentor, hazlo como lo hizo Nabucodonosor.