«¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado. Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová;»
Lamentaciones 3:39-40
El ser humano que no se ha humillado delante de Dios, siempre está quejándose de todo, y al quejarse le hecha la culpa de todo lo que le ocurre a otras personas o incluso al mismo Dios. Se pregunta por qué a mí?, por qué solo yo?, no reconoce a Dios en ninguno de sus caminos, por tanto no ve que sus pecados son la causa principal de sus males, por ejemplo el que roba está expuesto a caer preso, el que toma licor padecerá enfermedades hepáticas, el que usa drogas daña su sistema nervioso, el que fornica o adúltera se expone a enfermedades, el que miente se expone a que le descubran, y así sucesivamente, por esta razón el profeta Jeremías inspirado por el Espíritu Santo 600 años antes del nacimiento de Cristo nos recomienda, que veamos bien el camino que llevamos, y que volvamos nuestros pasos a los caminos de Dios y no del pecado, y así dejaremos de lamentarnos y nos gozaremos de las verdaderas bendiciones de Dios, como el amor, la paciencia, la paz, la tranquilidad, la confianza, la fe, la esperanza, la salvación.
Recapacita hoy y ve desde cuando Dios llama al hombre al arrepentimiento, así que por amor a tu alma, vuélvete a Dios hoy mismo, mira que Él tiene su mano extendida para guiarte por el camino de la vida, por el camino de Jesus!
Lamentaciones 3:39-40
El ser humano que no se ha humillado delante de Dios, siempre está quejándose de todo, y al quejarse le hecha la culpa de todo lo que le ocurre a otras personas o incluso al mismo Dios. Se pregunta por qué a mí?, por qué solo yo?, no reconoce a Dios en ninguno de sus caminos, por tanto no ve que sus pecados son la causa principal de sus males, por ejemplo el que roba está expuesto a caer preso, el que toma licor padecerá enfermedades hepáticas, el que usa drogas daña su sistema nervioso, el que fornica o adúltera se expone a enfermedades, el que miente se expone a que le descubran, y así sucesivamente, por esta razón el profeta Jeremías inspirado por el Espíritu Santo 600 años antes del nacimiento de Cristo nos recomienda, que veamos bien el camino que llevamos, y que volvamos nuestros pasos a los caminos de Dios y no del pecado, y así dejaremos de lamentarnos y nos gozaremos de las verdaderas bendiciones de Dios, como el amor, la paciencia, la paz, la tranquilidad, la confianza, la fe, la esperanza, la salvación.
Recapacita hoy y ve desde cuando Dios llama al hombre al arrepentimiento, así que por amor a tu alma, vuélvete a Dios hoy mismo, mira que Él tiene su mano extendida para guiarte por el camino de la vida, por el camino de Jesus!