«Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.»
1 Samuel 15:22
El rey Saúl desobedeció a Dios y por esto fue desechado por Dios, aquí en este pasaje el profeta Samuel nos deja claro que a Dios le agrada más la obediencia que cualquier otra cosa que hagamos, ya sean sacrificios, diezmos, promesas, ayunos, etc. Dios verdaderamente se complace en la obediencia de sus hijos, pues el que le obedece es porque le reconoce como su Señor, y hace todo lo que Él le manda (guarda sus mandamientos), en cambio el que desobedece a Dios (el que peca), no reconoce a Dios como su Señor, sino que es obediente a otro amo, es entonces esclavo de la mentira, del enojo, de la soberbia, de la avaricia, de la fornicación, del adulterio, de la vanidad, esclavo pues del pecado y por tanto es fiel al pecado y no a Dios.
Veamos hasta donde agrada a Dios la obediencia de Jesus, en el siguiente pasaje (Filipenses 2:8-11)..."y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose OBEDIENTE hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre".
Seamos pues obedientes a nuestro Señor, viviendo como Él nos manda, creyendo en Jesus su hijo, el cual fue enviado por Él para salvarnos de la muerte. Dios premia pues la obediencia a su palabra, otorgándoles a los que obedecen la vida eterna en Cristo Jesús!
1 Samuel 15:22
El rey Saúl desobedeció a Dios y por esto fue desechado por Dios, aquí en este pasaje el profeta Samuel nos deja claro que a Dios le agrada más la obediencia que cualquier otra cosa que hagamos, ya sean sacrificios, diezmos, promesas, ayunos, etc. Dios verdaderamente se complace en la obediencia de sus hijos, pues el que le obedece es porque le reconoce como su Señor, y hace todo lo que Él le manda (guarda sus mandamientos), en cambio el que desobedece a Dios (el que peca), no reconoce a Dios como su Señor, sino que es obediente a otro amo, es entonces esclavo de la mentira, del enojo, de la soberbia, de la avaricia, de la fornicación, del adulterio, de la vanidad, esclavo pues del pecado y por tanto es fiel al pecado y no a Dios.
Veamos hasta donde agrada a Dios la obediencia de Jesus, en el siguiente pasaje (Filipenses 2:8-11)..."y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose OBEDIENTE hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre".
Seamos pues obedientes a nuestro Señor, viviendo como Él nos manda, creyendo en Jesus su hijo, el cual fue enviado por Él para salvarnos de la muerte. Dios premia pues la obediencia a su palabra, otorgándoles a los que obedecen la vida eterna en Cristo Jesús!