El ejemplo que los padres debemos dar a los hijos, la responsabilidad y el precio de ser padres.
Los días pasan y poco a poco se hacen años. Cada dia vivo el hermoso reto de llevarte en mis oraciones y mi deseo es guiarte con lo mejor que tengo: un conocimiento del Dios vivo. No soy alguien importante, ni tampoco tengo posesiones ni dinero como para creer que puedo heredarte todas esas cosas. Aunque poseyera todas aquellas cosas que dan estabilidad y satisfacción temporal, eso no sería el regalo que en realidad quiero dejarte. Somos y vivimos por convicciones, no por dinero ni posesiones.
Lo mejor que tengo para darte es un retrato vivo de Cristo.
Hace un poco mas de dos mil años que Jesús pisó nuestro mundo, vivió como nosotros y a los treinta y tres años lo clavaron en una cruz. Ni tú ni yo le conocimos, pero él vive y es predicado no en las iglesias, sino a través de los testimonios vivos de quienes seguimos su ejemplo. Hay algunas iglesias que son intérpretes de la doctrina cristiana, los cristianos somos parte de ellas. La iglesia poderosa es la que se compone de personas que hacen historia, lo único atractivo que permanecerá contigo no será mi profesión, ni mi dinero, sino mi ejemplo y el reflejo de un Cristo vivo.
Hace ya muchos años conocí por primera vez la linda experiencia de ser un nacido en nuevo, sabiendo que yo era un perverso, eso cambio mi vida. Las responsabilidades nos cambian y nos hacen ver la vida de manera diferente. Desde ese entonces cruzó por mi mente la idea de ser intachable e irreprensible. Sabía que algo tenia que ocurrir en mi corazón para que desde ese momento en adelante siempre pudiera ser tu ejemplo.
Hay una situación que me ha hecho entender en qué consiste ser un padre y es la de no haber amado a mis hijos. Hoy, mis hijos naturales y aun los espirituales, representan mucho para mi. Cuánto anhelo seguir en el camino de la verdad para que nunca te avergüences de llamarme padre.
Mientras sigues desarrollándote solo pienso en ser el ancla que te afirme sobre principios y razones justas. Tu vida no tiene por qué ser tortuosa o desordenada. El amor de tu padre siempre estará contigo dándote fuerzas y mostrándote el camino.
Cuando te sientas triste, cuéntamelo todo. Cuando no sepas qué hacer pregúntame, cuando no entiendas qué ocurre ten por seguro que yo procurare decirtelo. Desde hace muchisimos años tu padre rueda por este mundo en busca de dar respuesta a las mismas preguntas que tú tienes. Quizas no he dado respuesta a todas mis preguntas, pero sí a todas las que ahora hay en tu corazón.
Para todas ellas, Cristo tiene una respuesta.
Buscale a El. Aferrate a El. Vive para El. Sirvele a El. Muere por El.
Hijos mios, que Dios les bendiga.
Los días pasan y poco a poco se hacen años. Cada dia vivo el hermoso reto de llevarte en mis oraciones y mi deseo es guiarte con lo mejor que tengo: un conocimiento del Dios vivo. No soy alguien importante, ni tampoco tengo posesiones ni dinero como para creer que puedo heredarte todas esas cosas. Aunque poseyera todas aquellas cosas que dan estabilidad y satisfacción temporal, eso no sería el regalo que en realidad quiero dejarte. Somos y vivimos por convicciones, no por dinero ni posesiones.
Lo mejor que tengo para darte es un retrato vivo de Cristo.
Hace un poco mas de dos mil años que Jesús pisó nuestro mundo, vivió como nosotros y a los treinta y tres años lo clavaron en una cruz. Ni tú ni yo le conocimos, pero él vive y es predicado no en las iglesias, sino a través de los testimonios vivos de quienes seguimos su ejemplo. Hay algunas iglesias que son intérpretes de la doctrina cristiana, los cristianos somos parte de ellas. La iglesia poderosa es la que se compone de personas que hacen historia, lo único atractivo que permanecerá contigo no será mi profesión, ni mi dinero, sino mi ejemplo y el reflejo de un Cristo vivo.
Hace ya muchos años conocí por primera vez la linda experiencia de ser un nacido en nuevo, sabiendo que yo era un perverso, eso cambio mi vida. Las responsabilidades nos cambian y nos hacen ver la vida de manera diferente. Desde ese entonces cruzó por mi mente la idea de ser intachable e irreprensible. Sabía que algo tenia que ocurrir en mi corazón para que desde ese momento en adelante siempre pudiera ser tu ejemplo.
Hay una situación que me ha hecho entender en qué consiste ser un padre y es la de no haber amado a mis hijos. Hoy, mis hijos naturales y aun los espirituales, representan mucho para mi. Cuánto anhelo seguir en el camino de la verdad para que nunca te avergüences de llamarme padre.
Mientras sigues desarrollándote solo pienso en ser el ancla que te afirme sobre principios y razones justas. Tu vida no tiene por qué ser tortuosa o desordenada. El amor de tu padre siempre estará contigo dándote fuerzas y mostrándote el camino.
Cuando te sientas triste, cuéntamelo todo. Cuando no sepas qué hacer pregúntame, cuando no entiendas qué ocurre ten por seguro que yo procurare decirtelo. Desde hace muchisimos años tu padre rueda por este mundo en busca de dar respuesta a las mismas preguntas que tú tienes. Quizas no he dado respuesta a todas mis preguntas, pero sí a todas las que ahora hay en tu corazón.
Para todas ellas, Cristo tiene una respuesta.
Buscale a El. Aferrate a El. Vive para El. Sirvele a El. Muere por El.
Hijos mios, que Dios les bendiga.